viernes, 21 de diciembre de 2007


Modelo de ciencia, un modelo de conocimiento, un modelo de realidad, los datos y la práctica arqueológica.¿Como articularlos?

Para finalizar, hablaremos de como creemos que desarrollaremos nuestra actividad tomando en cuenta todos los factores que rodean a la práctica arqueológica.
Bueno, resulta mas difícil de lo que parece hacer la división de modelo de ciencia, conocimiento, realidad datos y práctica, ya que son raras las ocasiones en que uno se detiene a pensar sobre el contexto en que uno esta trabajando, y hacer una articulación lógica de todos estos elementos requiere reflexión y la capacidad de abstraerse del medio en que nos insertamos, cosa que es extremadamente difícil de hacer.

Antes de lanzarnos a la práctica arqueológica, lo primero que debemos hacer es partir por analizar el modelo de ciencia y conocimientos que vamos a utilizar. Anteriormente ya dijimos como distintas formas de obtener conocimiento y ver los datos generaban distintos modos de observar la prehistoria, que a menudo tenían una relación directa con nuestra forma actual de vivir. Si bien hay que reconocer que abstraerse totalmente de esta situación es imposible, creemos que si es importante observar y reflexionar bien sobre desde donde vamos a observar la prehistoria, por ejemplo, en la época colonialista, los indígenas eran vistos comos eres malvados y subdesarrollados, por lo que las Ciencias Sociales, incluyendo la Arqueología, avalaron la supremacía y la expansión de la sociedad occidental.Y por otro lado, el nacimiento de los movimientos ecologistas e indigenistas, hace ver a las sociedades pasadas como mas armoniosas y sin tantos conflictos y contradicciones como las sociedades actuales.

Saber bien desde que perspectiva vamos a hacer Arqueología es fundamental entonces, ya que así sabremos que es lo que haremos en terreno, que interpretaciones esperaremos y podremos después evaluar críticamente los resultados obtenidos tanto por nosotros como los resultados obtenidos de otros investigadores.

Con respecto al modelo de realidad, creemos que existe como tal, y que es externa del sujeto. No adherimos a que la realidad es un constructo netamente social, sino nos concentraríamos y haríamos crecer pirámides y zigurats para estudiarlos cómodamente, sin la necesidad de generar proyectos, discusiones, etc. Es innegable que la división Sujeto (en este caso arqueólogo)-Objeto (el registro material de las sociedades pasadas) existe, como también existen otras culturas distintas a la nuestra en la actualidad. Lo que sí hay que tener claro que si bien la realidad es una sola (a nuestro parecer), hay una multiplicidad de formas de aprehenderla y percibirla y lo importantes es tratar de comprender estas variaciones, ya que aparte de comparar perspcetivas, sirve para para criticar y ver que modelo es mas apropiado para encontrar las respeuestas del pasado.

Todo esto tiene una repercusión directa sobre los datos y nuestra metodología para obtenerlos. Ejemplo de estos es que si vemos a la sociedad como lo hacían los Hitóricos Culturales, la historia y el contacto de los pueblos va a ser fundamental para entender a las sociedades pasadas, por lo que excavaremos en cementerios y buscaremos las piezas en mejor estado. Por otro lado si somos procesuales y creemos que hay leyes generales y que la cultura no es mas que adaptación, buscaremos en casas y basureros, analizando las distintas funciones de los artefactos y los desechos que dejan estas actividades. Distintas formas de percibir una misma realidad que se manifiesta de manera objetiva y tangible.

¿Cómo creemos que articularemos estos nosotros?
La respuesta es difícil, y creemos aque debido a nuestra corta experiencia no sabríamos decir con exactitud una receta para articular todo esto. Lo que si podríamos decir, es que mediante una constante reflexión, en cada momento, desde que se nos ocurre el problema a estudiar, desde que vamos a terreno, en el mismo momento que estamos en nuestra cudrícula excavando y registrando los datos, hasta su posterior interpretación, podemos llegar a saber mas o menos desde donde y que es lo que queremos entender y explicar.Es bastante compleja esta articulación de factores, por que como ya dijimos antes, pocas veces nos detenemos a analizar el contexto en el cuál la ciencia se genera y en la cuadrícula, uno está mas preocupado de no romper nada y que el perfil no se colapse de ver que trasfondo hay tras eso. Un conocimiento de la teoría que estamos utilizando y tener en todo momento una actitud crítica hacia la actividad, podría ser la mejor forma de hilar de manera lógica estos elementos.
Acá en Chile reuslta un poco difícil hacer esto, ya que si bien ahora se están abriendo nuevas especialidades de Arqueología en Chile, la Universidad de Chile sigue siendo el punto neurálgico. El problema de estos es que todos los arqueólogos salen “cortados por la misma tijera”, que puede ser positivo como negativo. Es positivo ya que hay una uniformidad en como debemos hacer ciencia, pero es negativo a su vez ya que esta misma uniformidad, puede estar limitando la capacidad crítica que debe tener la arqueología. Las discusiones muchas veces son mas de lo mismo, no existiendo espacio para otras visiones.
Lo mismo sucede con la postulación de proyectos, donde la Arqeuología compite como Ciencia, teniendo que usar muchas veces sus mismo elementos, que no siempre se condicen con la práctica de los estudios sociales.
En fin, y ya para terminar, para generar una reconstrucción científica de la Prehistoria, que sea la mas lógica y creíble, hay que hilar fino paso a paso, desde la idea hasta la interpretación y viceversa. Es complejo de realizar, pero hay que saber lo que uno hace y donde estamos insertos, tomar en cuenta que el paradigma biologizante de las ciencias actuales, no es siempre aplicable a las sociedades (si es que alguna vez lo fué), tener en cuenta que hay poca cantidad de arqueólogos en Chile, considerar que hay zonas desbalanceadas que no permiten tener un conocimiento integrador de la prehistoria de nuestro país (mucha gente en el extremo norte y extremo sur, pero poca en el norte chico y zona centro-sur), etc. La respuesta a esto quizás el tiempo lo diga, porque la arqueología en nuestro país es aún muy joven, y tiene que crecer mucho aún, y por lo mismo, aún tiene mucho que ofrecer.

Importancia de la Teoría en la reconstrucción de la Prehistoria

Acá haremos una pequeña reflexión sobre la importancia de la teoría en la producción de la Prehistoria. Como anteriormente dijimos, en la parte mas abstracta, la teoría juega un rol fundamental en como se deben articular nuestras ideas para poder conocer el pasado y como es la teoría la que influye en nuestras decisiones en el momento de la excavación y en la posterior interpretación de los datos.
Todo esto se hace con un objetivo específico, que es poder reconstruir la prehistoria, independiente del continente, cultura o elemento de ella en particular, todos los esfuerzos van abocados a poder realizar esta tarea.
El problema es que el asunto no es tan fácil como parece, por una sencilla razón, que es que el pasado como tal no existe. No es posible ver el pasado tal como fue (pese a que sería lo ideal, y a eso aspiran todos los que se dedican a esto, quiéranlo o no) sino lo que realmente se hace son interpretaciones de este a través del registro material, fragmentado y disperso, que dejan los sitios arqueológicos. Es paradójica sin duda la situación, ya que tratamos de reconstruir bajo nuestros conceptos, un pasado que existió en otro tiempo y en otro espacio y emitimos a su vez juicios sobre no sólo la cultura material, sino de las sociedades en su faceta más cultural. Es precisamente acá donde la teoría juega un rol fundamental en esta construcción, ya que ella nos permitirá si bien no ver el pasado tal y como fue, pero es la que guía la investigación para que la interpretación sea lo mas pertinente y acertada posible.
La importancia radica entonces a que no cualquier interpretación sobre el pasado debe ser aceptada (sino existiría arqueología de la Atlántida o presentaremos proyectos Fondecyt para poder contactar a los extraterrestres que construyeron los Moai en Isla de Pascua), y que como científicos tenemos que ser responsables en la construcción de esta interpretación.
Para esto lo que hay que hacer (a grandes rasgos) es ver que teoría es mas idónea para abordar un problema de la prehistoria. Si bien estamos en el postmodernismo, donde la premisa es que todo vale y todo es bonito, nosotros no estamos de acuerdo con esa posición. Si bien creemos que hay que valorar las múltiples visiones y construcciones que hay sobre la realidad, es indudable que algunas visiones son más acertadas que otras. Lo mismo ocurre cuando uno quiere investigar el pasado y se enfrenta a la situación de cómo enfrentarlo, es decir, que teoría ocuparemos.
Teorías hay muchas, y todas tienen una lógica interna articulada algunas mas algunas menos, por lo que la elección pasa por otros aspectos creemos nosotros.
En primer lugar pensamos que hay que tener una estrategia de selección para ver que teoría es la más ajustada al problema y la que nos permitir “explicar más” el pasado. Este es un paso fundamental en la reconstrucción de la prehistoria, a nuestra manera de ver, ya que será toda la carga conceptual la que aplicaremos a nuestra interpretación del pasado, y será bajo el amparo de estas ideas y conceptos que hablaremos sobre la prehistoria.
Es cosa de revisar las interpretaciones del pasado que hacen las distintas escuelas de pensamiento arqueológico. Por ejemplo, es seguro que con el mismo tipo de material arqueológico, un investigador de la escuela histórico-cultural vea un pasado que es radicalmente distinto al que verá un investigador procesual. Uno verá contactos y difusión mientras que el otro verá adaptación al medio ambiente. Este simple ejemplo típico de la arqueología ilustra como la carga teórica puede llevar a interpretaciones totalmente distintas de la prehistoria.
El otro punto es que el arqueólogo debe estar atento para saber que es lo que hay tras una teoría, cosa que a menudo se pasa por alto.
Este segundo punto va relacionado al contexto en el cuál nace y se desenvuelve la teoría, que es absolutamente relevante. La teoría es reflejo de la sociedad en que nace y se desenvuelve, por lo que si un paradigma predomina sobre otro, no siempre es debido a su capacidad de explicación, sino que también hay una serie de factores sociales, políticos, económicos, religiosos, etc. Que van a determinar que es lo que vale, y esto aplicado a la prehistoria, determinará como será observado el pasado, por ejemplo, las arqueologías colonialistas y nacionalistas, que validaban desde el pasado lo que sucedía en su presente.
Esto repercute directamente sobre la labor del arqueólogo, ya que según la idea que tengamos destruiremos un sitio (al excavar se destruye) y rescataremos y haremos estudios sólo de lo que nosotros encontremos relevante, eliminando otras visiones, ignorando algunos restos materiales, etc. Para así contrastar nuestros descubrimientos con el paradigma imperante, para ver si es válido o no.
Ya introdujimos a grandes rasgos como una teoría puede llevar a distintas interpretaciones, teniendo en cuenta siempre que detrás opera el contexto social en el cuál se inserta el investigador, ahora queremos hacer una pequeña síntesis de otro aspecto en los estudios de la prehistoria en el cuál la teoría juega un rol fundamental.
Dijimos ya que el pasado no existe como tal, y que las interpretaciones que se hacen son desde un registro fragmentado y sesgado, pero a esto hay que sumarle la dificultad mas grande que tienen los estudios sobre el pasado, que es que no necesariamente estamos buscando objetos, sino que son las conductas e ideas que tenían las sociedades pasadas las que queremos encontrar.
He aquí el verdadero reto y la dificultad mas grande de la arqueología, por que es indudable que las hachas de manos europeas no son piedras de rayo o que los túmulos en Estados Unidos no fueron construidos por gigantes, sino que hubo sociedades que tenían costumbres, religión, formas de gobierno, etc. Y que los restos son sólo vestigios mudos del mundo cultural de las sociedades. El verdadero reto no consiste en describir a las momias Chinchorro, ver el decorado de la alfarería diaguita o describir las urnas Vergel, sino que lo que se tiene que lograr es que mediante el análisis de estos objetos, poder ver un mundo dinámico, complejo y variado que es el mundo social y cultural. La teoría para esto es clave, ya que nos mostrará que aspectos somos los que tenemos que observar de los restos materiales para poder acceder a parte de ese mundo dinámico, tratando de ser lo menos prejuicioso posible, por la posibilidad de estar contaminadas las teorías con elementos que no tienen directa relación con el conocimiento per se.
En resumen, la teoría en la reconstrucción de la prehistoria es importante ya que funciona a distintos niveles, tanto a nivel arqueológico propiamente tal (donde buscar, como excavar, que material vamos a analizar, etc.) para reconstruir una visión del pasado, como a nivel de discusión de la ciencia y su contexto social, ya que dentro de las teorías que se ocupan, podemos observar aspectos de nuestra propia cultura que pueden pasar desapercibidos debido a la cotidianeidad, por lo que una teoría crítica no sólo puede aplicarse a la reconstrucción de la prehistoria sino que al análisis del presente y futuro de las sociedades en general, siendo la prehistoria el primer paso, ya que acá pueden estar muchos elementos que podrían informarnos sobre el conocimiento del hombre en general, el que fue, es y será.

Críticas y potencialidades de la Arqueología Social Latinoamericana

A continuación se expone la forma en que se aplico el modelo materialista histórico a la investigación arqueológica y las criticas que surgieron tanto teóricas como metodológicas.
En primer lugar es necesario mencionar que la aplicación del materialismo histórico en arqueología, se dió en América latina a partir de diversas reuniones que congregaron a arqueólogos latinoamericanos durante la década del 70 y 80 y que actualmente también incluye a arqueólogos españoles de enfoque marxista como Jorge Rolland Calvo.
En la Reunión de Teotihuacan de 1975 se establecieron las líneas generales de acción en la perspectiva materialista histórica, a nivel general se postula que el concepto de cultura es muy ambiguo y posee connotaciones metafisicas e imperialistas, por lo cual se propone utilizar el concepto de sociedad, el cual permite la comparación entre sociedades, a partir del Modo de Producción.
Un segundo hito fue la reunión que se dio con ocasión de la celebración del XL Congreso Internacional de Americanistas efectuado en Lima en 1970, donde se organizo el Simposio: Formaciones Aborígenes de América.
Un tercer momento de reunión y también de mayor reflexión en torno a la aplicabilidad del materialismo histórico a la arqueología, se da con la conformación del Grupo de Oaxtepec, el cual funciona desde la década del ochenta en México.
A partir de estudio de las Fuerzas Productivas se pretende inferir la Base Económica de las sociedades pasadas. Las Fuerzas Productivas se pueden dividir en tres tipos: a) Fuerza de trabajo que puede ser calculada en energía invertida, b) Instrumentos de Producción: Tecnología y conocimientos que incrementan la capacidad e intensidad de la producción y c) Objetos de Producción: Naturaleza y recursos modificados por los instrumentos de producción.
La centralidad del análisis materialista histórico se ubica en la tecnología, la cual media entre ser humano y naturaleza y al mismo tiempo la apropiación de estos medios de producción, definen Relaciones Sociales de Producción en una sociedad determinada.
Este acercamiento a los Medios de producción, ofrece información sobre los Modos de Producción, que a su vez, nos permite inferir Formaciones Sociales, que finalmente nos permitirían acercarnos a las Relaciones Sociales de Producción. A partir de lo anterior se puede inferir el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, en Lumbreras este aspecto esta marcado por el evolucionismo social de Morgan, en tanto utiliza el esquema de paso por etapas culturales desde el salvajismo, pasando por la barbarie y finalmente la civilización.
En la formulación de Bate, visualiza procesos de revolución social que transforma cualitativamente el Modo de Producción y por ende de la estructura social. De acuerdo a lo anterior genera tres estadios históricos. Que permitan inferir la historia de las sociedades prehispánica, estos tipos de Formación Social son: Cazadores-recolectores Pre-Tribales, Comunidad Primitiva Tribal y Sociedad Clasista Inicial.
Para Bate el materialismo histórico, permite dar cuenta de la complejidad social, fundamentalmente a partir de la descomposición de la categoría de sociedad concreta en las categorías de: Formación Económico Social, Modo de Vida y Cultura.
En el análisis materialista histórico también interviene la conciencia, la afectividad y la institucionalidad, entendida esta ultima como normativa respecto a la reproducción social, por lo tanto en este terreno se puede generar la lucha por la transformación social en las sociedades clasistas no capitalistas.
Por otra parte Bate se aleja del evolucionismo unilineal que caracterizaron los postulados de Lumbreras, en tanto propone que el desarrollo de las Fuerza Productivas expresados en una magnitud, deben ser entendida en la particularidad de la sociedad estudiada.
Ahora vamos con las críticas que se formularon a la aplicación del materialismo histórico a la arqueología, estas provienen de Henry Tantalean y Jorge Rolland Calvo.
Tantalean analiza la ASL, a partir del desarrollo de la Arqueología Social Peruana, específicamente analiza el devenir de la Revista Gaceta Arqueológica Andina.
Esta revista se posicionó como la encargada de difundir la ASL a partir de su creación en 1982, cuantitativamente sin embargo los contenidos relacionados a un enfoque marxista son mínimos, privilegiando la publicación de investigaciones de corte Historico- Cultural y Procesualista.
Tantalean en líneas generales visualiza a la Arqueología Social Peruana en un espacio más bien marginal, dentro de otros enfoques teóricos utilizados en arqueología, por lo cual se hace necesaria una redefinición de la misma, que permita su inclusión en el debate teórico actual.
Por otra parte Rolland Calvo propone una crítica a nivel de los conceptos utilizados en el análisis de la prehistoria, principalmente el hecho de que las formulaciones Marx fueron pensadas para una sociedad histórica particular, esta es la sociedad capitalista europea del siglo XIX, por lo tanto la aplicabilidad de los conceptos marxistas a la arqueologia deben adecuarse, cuando se pretende analizar sociedades no capitalistas, en estas sociedades el ámbito de la producción económica no determina las prácticas sociales, sino que es al revés.
El concepto de trabajo que se maneja en sociedades capitalistas es producto de Relaciones Sociales de Producción, por lo tanto no es algo inherente a los seres humanos. Rolland Calvo propone en vez de la centralidad del trabajo, la importancia del antagonismo e historicidad de las relaciones sociales, planteando por lo tanto otra lectura del materialismo histórico de Marx.
A modo de cierre de este punto se puede decir que la ASL, posee seguidores en America Latina, pero que aún no se logra la homogeneidad en este enfoque teórico, que permita su inserción en las discusiones teóricas a nivel mundial, en este sentido se debe mencionar que aún existe un colonialismo intelectual, en el sentido que los postulados de la ASL no aparecen en manuales de Arqueología y su discusión o aplicación por parte de arqueólogos latinoamericanos es marginal y fragmentaria, estando focalizada principalmente en México, teniendo mayor auge en el resto de America Latina enfoques norteamericnos o europeos.
Lo anterior debe entenderse en el contexto del financiamiento de los proyectos de investigación, donde por lo menos en Chile, no se observan investigaciones actuales que apliquen este enfoque teórico, lo cual sin duda empobrece el debate teórico.
Este declive en el interés por la ASL también debe ser entendido en relación a la caída y crítica hacia los experimentos socialistas que se dieron durante el siglo XX en el mundo, a lo anterior debe sumarse el efecto de la represión de los gobiernos autoritarios.
A pesar de lo anterior podemos rescatar postulados respecto a la práctica arqueológica, como por ejemplo el hecho de que los investigadores extranjeros que trabajen en América Latina publiquen en español y que se agilicen políticas publicas que permitan el retorno de piezas arqueológicas que se encuentran en museos o universidades extranjeras.
Se debe mencionar el hecho de que la enseñanza de arqueología en las universidades esta fuertemente influida por corrientes norteamericanas y europeas, de igual forma las publicaciones respecto a la prehistoria de América Latina muchas veces están en ingles, lo cual se convierte en una barrera lingüística para acceder al conocimiento, acentuando el carácter colonialista de la arqueología.
Finalmente creemos que es necesario tener en cuenta en la reconstrucción de la prehistoria de América Latina, la emergencia de una intelectualidad indígena, que sin duda utiliza con fines políticos la reconstrucción de la prehistoria. Además de esta intelectualidad los mismos grupos étnicos han tomado conciencia respecto al valor de la protección del patrimonio cultural de cada Pueblo o Nación, con lo cual el interés por la prehistoria, integra nuevos miembros a la discusión en torno a la reconstrucción del pasado.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La importancia para la práctica arqueológica latinoamericana de la Arqueología Social Latinoamericana.

Para los exponentes de la ASL, práctica y teoría arqueologica son una misma cosa, es decir, una teoría que se basa en el materialismo histórico, no puede ser sino un enfoque comprometido con los cambios sociales, donde los intelectuales juegan un rol central. En este sentido la importancia para la práctica arqueológica de la ASL, radica en el hecho que sitúa a la disciplina histórica y socialmente, en el sentido que entiende que la producción y reproducción del conocimiento científico, no solo responde a la búsqueda de interpretaciones o explicaciones que den cuenta de las sociedades pasadas, en el caso de la arqueología, sino que también hay que tener en cuenta las disputas de poder, tanto dentro de la sociedad, producto de diferentes intereses de clases sociales, como también en la comunidad científica, es decir entre los investigadores e instituciones asociadas a la investigación arqueológica.
Desde la ASL se pone en el tapete la utilidad practica y social que posee un conocimiento generado desde disciplinas científicas, es decir los usos sociales de los conocimientos que se generan, lo cuales son instrumentalizados principalmente por los grupos hegemónicos de cualquier sociedad y que por lo mismo su difusión y divulgación ayuda en los procesos de construcción y revalorización identitaria a nivel de grupos, mostrando por lo tanto la importancia del cuidado y preservación del patrimonio arqueológico en cada país.
En el caso de Chile el patrimonio arqueológico esta protegido por ley desde 1970 con la promulgación de la Ley de Monumentos Nacionales que regula la manipulación y conservación de los sitios arqueologicos y establece que el patrimonio cultural es propiedad de la Nación. Esta ley se complementa con la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, promulgada en 1994, que entiende al patrimonio arqueológico como parte del patrimonio natural, por lo cual su alteración debe pasar por Sistemas de Evaluación de Impacto Ambiental y con la Ley Indígena de 1993, que establece que las comunidades indígenas deben velar por el resguardo de su patrimonio cultural teniendo derechos legales sobre el mismo.
Si nos damos cuenta la promulgación de mecanismos legales que al menos discursivamente protegen el patrimonio arqueológico, corresponde a acuerdos alcanzados con el regreso a la democracia en Chile, mientras que antes de estas legislaciones el patrimonio arqueológico era un tema mas bien elitista, que giraba en torno a la conservación de piezas arqueológicas, principalmente apreciadas por su valor exótico, las cuales corresponden a colecciones privadas, como el Museo Chileno de Arte Precolombino, como a colecciones publicas como la del Museo Nacional de Historia Natural.
El mismo hecho de que las colección de sitios arqueológicos se guarden en estos lugares, nos habla del significado social del patrimonio arqueológico, el cual de alguna forma es apropiado por grupos sociales reducidos, ya sea por la aristocracia o por la clase media, tomando en la primera situación forma de bien exótico apreciado por su valor estético y en segundo lugar como registro cultural de grupos prehistóricos que se encuentran mas cerca de la esfera de la naturaleza que del desarrollo cultural y que se consideran objeto de estudio humanistico-cientifico. A pesar de esto se debe reconocer el impulso a la investigación arqueológica y el rol que ha jugado el Museo Nacional de Historia Natural en la conservación del patrimonio arqueológico del país.
Los planteamientos anteriores son una crítica a los supuestos con lo cuales ha operado en Chile el manejo del patrimonio cultural, que han hecho tanto la aristocracia como las clases medias, donde las clases populares tienen un vago conocimiento respecto al valor, uso e instrumentalización del patrimonio cultural, el cual tampoco es discutido, ni difundido a nivel de educación publica, faltando la elaboración de políticas que democraticen el acceso al conocimiento del patrimonio arqueológico de nuestro país, que quizás es mas conocido por los extranjeros, que por el común de la población chilena.
Se puede afirmar que los postulados de la ASL, en tanto enfoque marxista aplicado al estudio de la prehistoria, visualiza una continuidad entre la interpretación que se hace del pasado y las condiciones actuales de desigualdad social y en este sentido se puede decir que las dictaduras militares de la década del 70 coartaron el desarrollo de este enfoque teórico, la represión política que sufrieron los grupos políticos y personas de izquierda, fue institucionalizado, por lo cual muchos investigadores que compartieron en algún momento este enfoque, lo ocultaron bajos otros marcos teóricos.
Creemos en este sentido que el aporte central de la ASL es el hecho de contextualizar la producción y reproducción del conocimiento en su marco social, en este sentido toda investigación arqueológica es producto de una época histórica y de un contexto social particular y es así como el arqueólogo en tanto cientista social, no puede estar ajeno a los avatares del mundo contemporáneo, teniendo que tener por tanto una postura política, que si bien no puede ser explícita, puede ser leída a partir de las interpretación que realiza de la prehistoria.
El arqueólogo debe ser consciente y responsable en el sentido de tener claro que el conocimiento que se produce, posee usos sociales que se escapan al marco de la ciencia y se sitúan más bien en el ámbito político-económico. Este aspecto es discutido por corrientes actuales en arqueología, que retoman algunos postulados de la ASL, principalmente los relativos al poder.

¿Que es la Arqueología Social Latinoamericana (ASL)?

La arqueología Social Latinoamericana, en adelante ASL, como su nombre lo indica surge en América Latina, siendo la primera y única corriente teórica que ha surgido en este parte del planeta, hay que recordar en este sentido la centralidad de Europa y principalmente de Estados Unidos, en los enfoques teóricos que se han adoptado para explicar la prehistoria de América Latina.
Las fuentes de inspiración de la ASL se ubican en una ideología nacionalista y colonialista como el Indigenismo, de amplia difusión en América Latina durante la primera mitad del siglo XX, y por otra parte la influencia del materialismo histórico, en tanto interpretación marxista del devenir de la humanidad.
El desarrollo de la ASL debe entenderse en el contexto de cambio social de las décadas del 50 y 60 en América Latina, donde se aplican políticas reformistas que aspiraban a una mayor igualdad social y por otra parte proyectos políticos de emancipación, donde los movimientos sociales obreros e indígenas, pusieron en el tapete la situación de explotación colonialista en que se encontraba gran parte de la población de América Latina.
Los programas de modernización impulsados desde los países desarrollados, en tanto incorporación de tecnología que beneficiaría la producción en los países subdesarrollados, se dieron en un contexto donde el Estado tenía centralidad en economía de los países latinoamericanos, y en este sentido los movimientos sociales que se desarrollaron, visualizaron en el control del Estado, el mecanismo que aceleraría el cambio social, por lo cual se buscó la instauración de un Estado Socialista.
Si bien el referente obligado era la Revolución Rusa de 1917, en América Latina los hitos fundamentales de este proceso de cambio social, fue la Revolución Cubana de 1959 y por otra parte el triunfo de Salvador Allende que significó el camino al socialismo vía votación democrática.
En este contexto surge la ASL, donde países centrales en su gestación fueron Perú y Chile, el primer país en cuanto Luís Guillermo Lumbreras es el primer arqueólogo que aplica un enfoque marxista al trabajo arqueológico, publicando en 1974 su trabajo mas difundido entre estudiantes y arqueólogos: “La arqueología como ciencia social”, inspirada en la obra homónima de Vere Gordon Childe (1946).
Fue en Chile donde Lumbreras tuvo mayor público seguidor de los postulados del materialismo histórico, dictando clases en la Universidad de Concepcion en 1972, entre los arqueólogos chielnos seguidores de esta corriente terocia destacan Luís Bate y Julio Montané. Luego del Golpe Militar de 1973, se desarrollaría en México el foco de discusión en torno a la aplicación a la arqueología de la ASL, en tanto México acogió a muchos de los asilados políticos producto de las dictaduras militares de la década del 70 en América Latina.
En tanto inspiracion y precedente de la ASL, Childe establece la importancia que ha tenido la base tecno-económica de cada sociedad en su propio desarrollo, esta base tecno-económica involucra la tecnología y los cambios que se producen en ella, a partir de innovaciones, lo cual caracteriza a cada economía. En otras palabras, se establece el rol fundamental que han tenido los medios de producción y las relaciones sociales de producción en el devenir de los distintos procesos históricos, donde se asigna un rol central al desarrollo tecnológico (principalmente al uso y al tratamiento de metales para el caso de Europa) en el avance y el progreso de la cultura humana.
Desde la ASL, la sociedad tanto actual como pasada se visualiza a partir del conflicto, que se genera por la apropiación de los Medios de Producción por parte de un grupo en perjuicio del resto de la sociedad, lo cual se condice con el establecimiento de Relaciones Sociales de Producción, estableciendo un Modo de Producción particular que caracteriza a cada sociedad.
Vere Gordon Childe enfatiza en la importancia de desarrollar una arqueología con sentido histórico, tomando distancia de la arqueología colonialista y optando por un enfoque materialista histórico. En este sentido se puede decir que las distintas edades económicas, son entidades objetivas, que por lo tanto pueden y deben ser contrastadas en el registro arqueológico.
El materialismo histórico aplicado a la arqueología, implica el hecho de que la metodología utilizada esta en directa relación con la teoría utilizada, en este sentido hay una critica al modelo positivista de ciencia, donde los métodos se desligan del enfoque teórico aplicado. Un segundo elemento de igual importancia es el hecho que las teorías aplicadas a la interpretación arqueológica implican posturas ontológicas es decir concepciones acerca de la realidad actual o contemporánea.
La ASL visualiza que las demás corrientes teóricas aplicadas al estudio de la prehistoria, como son la Historia-Cultural y la Nueva Arqueología, son enfoques colonialistas en tanto conciben la realidad prehispánica desligada de la realidad contemporánea, estableciendo siempre una relación de alteridad (otredad) con el registro arqueológico, por lo mismo no hay un compromiso con el cuidado y preservacion del patrimonio cultural, que representan los sitios y piezas arqueológicas, ni con la situación de precariedad en que viven los pueblos indígenas de América Latina.
De acuerdo a lo anterior la ASL, visualiza a la arqueología como un arma de empoderamiento, donde se devele la condición de colonialismo que afecta a América Latina, ya que la arqueología tradicional contribuye a esta situación, en tanto son enfoques conservadores, que no aportan a la toma de conciencia, ya que dejan fuera el contexto social en que se produce y reproduce el conocimiento.
La arqueología se ha instrumentalizado históricamente en la construcción de discursos, específicamente en la construcción de la prehistoria de los Estados Nacionales, donde a diferencia de Europa, en América Latina se ha desvalorizado el aporte y los logros de los pueblos originarios, visualizándolos como reliquias de un pasado que se opone al presente, caracterizado por los conceptos de progreso, civilización y la unidad étnica del Estado- Nación.

La Teoría Arqueológica, una aproximación

Una teoría podríamos definirla de manera sencilla como un conjunto de ideas, conceptos, axiomas, postulados, etc. (en fin todo ese tipo de conceptos) que van a guiar la búsqueda y obtención de elementos que son importantes para obtener conocimiento de carácter científico.
Puede sonar muy abstracto y quizás un poco alejado de lo que la gente ve de un arqueólogo, como un tipo perdido en medio de la nada haciendo hoyos, y de estos sacando restos como piedras y trocitos de cerámica, para después exponerlos en museos.
Esto si bien puede reflejar lo que hace un arqueólogo en “terreno” (por que sí es verdad que se hacen hoyos en medio de la nada para sacar trocitos de piedras y cerámica), la verdad es que tras esto hay una complejidad mucho mayor de lo que a simple vista se puede apreciar. La verdad es que la teoría está presente en cada momento de la actividad arqueológica. ¿Esto por qué?, por la sencilla razón de que es la teoría arqueológica la que definirá absolutamente todo lo que haremos en nuestro afán de conocer el pasado.La teoría arqueológica entra a jugar en muchos aspectos del quehacer del investigador, pero para nosotros son 3 los momentos en que la teoría juega un rol fundamental, aunque en honor a la verdad esto es mucho más complejo de lo que parece ya que si pensamos bien, la presencia de la teoría arqueológica esta presente siempre.
Estos tres momentos a grandes rasgos son, el momento en donde generamos un problema, el momento en que definimos que es lo que vamos a hacer en terreno, y el momento de la interpretación de lo que obtuvimos en el trabajo, es decir, plantear lo que creímos que sucedió en el pasado, según el trabajo que realizamos. Repetimos, esto a grandes rasgos, ya que siempre estamos teorizando, pero dentro de toda la actividad arqueológica, son estos tres momentos los que demandan más actividad de tipo “intelectual” y abstracta.En el momento que pensamos un problema del pasado, lo hacemos absolutamente desde la teoría, ya que tras nuestra actividad individual, hay una serie de elementos que siempre van a influir sobre nosotros. ¿Por qué sucede esto? Por que si bien podemos tener una iluminación y pensar que tenemos la clave para entender el pasado y que se nos ocurrió a nosotros y a nadie mas que nosotros, sobre esa idea magnífica, estuvieron operando un montón de conceptos, y una serie de ideas que están relacionadas en como creemos que es la realidad (una ontología en términos mas filosóficos) y una forma en como creemos que debemos estudiar esta realidad (una gnoseología, para seguir poniendo conceptos complicados), que no son mas que teorías de que y como estudiar la realidad.Una vez que pasamos este primer escollo y después de muchas elucubraciones mentales, de noches en vela reflexionando sobre el pasado y la gente que habitó en él y discusiones con otros colegas (y con la familia y el resto de la sociedad que hasta el fin de los días preguntará por qué hacemos esto), nos decidimos a ir heroicamente a reencontrarnos con ese esquivo pasado que nos quita el sueño. En este momento la teoría también esta presente, ya que de la mano de esta iremos a un lugar específico, a hacer nuestra cuadrícula para excavar y empezaremos a remover la tierra, arena, roca, etc. En fin, todo lo que haya debajo de la superficie para encontrar los restos materiales del pasado. Todo lo que hagamos en este momento está mediado por una serie de ideas preconcebidas, ya que en el momento que nos encontramos en chuzo y espátula en la mano dispuestos a atacar la superficie, o cuando el arnero está listo para ser sacudido, de alguna manera sabemos como lo vamos a hacer, es decir, ya tenemos claro cada cuantos centímetros excavaremos, que elementos rescataremos en el arnero, de que tamaño haremos nuestra cuadrícula, etc. TODO esto aunque suene espeluznante es teoría de alguna manera.Y por último, el momento de la interpretación. Acá creemos que si no tenemos un cuerpo de ideas, hipótesis, reflexiones articuladas nos sería imposible decir algo relevante del pasado, porque sería una irresponsabilidad como científicos decir cualquier cosa, y la teoría es la que nos ayuda a ensamblar de manera coherente todos los datos obtenidos en terreno, contrastar nuestras interpretaciones con las ideas del principio, analizar la metodología que se utilizó y a su vez generar mas ideas y problemáticas de estudio.Dentro de esto podemos distinguir tres tipos de teoría que son las que van a guiar la actividad arqueológica:
Tipos de Teoría:
-Teoría del Registro Arqueológico: Es la teoría que trata de ver los patrones de conducta del material.
-Teoría de la Cultura y Sociedad: Es la teoría que trata de interpretar lo obtenido en las investigaciones para poder ver patrones de comportamiento de las sociedades.
-Teoría Crítica: Es la teoría que analiza a la actividad arqueológica misma, analizando sus interpretaciones, procedimientos, problemas de estudio etc.
Y esto no termina acá ya que aparte de estos tres tipos de teoría, hay distintos niveles de estas mismas:
Niveles de Teoría:
-Bajo: Tratan de obtener generalizaciones simples de las sociedades de manera particular. -Medio: Complejizan lo anterior, tratan de ver las conductas humanas a través del registro arqueológico, osea desde un momento “estático”(los artefactos en el sitio) a un momento “dinámico”(cuál era la vida de estos artefactos y la de la gente que los hizo, ocupó y desechó)
-Alto: Son leyes generales que explican el mundo de manera general, y definiendo como es la relación de la cultura material con el ser humano.
Vemos así que la teoría arqueológica es un conglomerado de muchos conceptos (hay muchos más) e ideas que cruzan toda la actividad que realiza el investigador, y que es necesaria tenerla siempre presente para obtener un conocimiento lo mas preciso posible del pasado.